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4 de agosto de 2005

TSUNAMI

Amenaza de Tsunami

En diciembre del 2004, dos enormes placas tectónicas que por milenios habían estado contrapuestas cambiaron en un momento. De repente una saltó y se levantó 18 metros a lo largo de un escollo de mil 600 kilómetros provocando un maremoto de tal magnitud que modificó la rotación terrestre lo suficiente como para quitar dos microsegundos al reloj.

Arriba, la superficie oceánica apenas lo sintió pues en términos planetarios el movimiento fue insignificante. Sin embargo, la sacudida originó el desplazamiento de miles de millones de toneladas de agua en unos pocos segundos, que a la velocidad de un rayo se acercaron a la costa en forma de inmensas olas y ocasionaron la pérdida de más de 170 mil personas en 12 países del sudeste asiático.

Chile, EEUU, Nueva Guinea

El gran terremoto de Chile de 1960 llevó enormes murallas de agua con suficiente energía para desatar muerte y destrucción en sitios tan lejanos como Hawai y Japón. En Estados Unidos, en 1964, fallecieron 120 personas debido a un tsunami desencadenado por un movimiento telúrico de 9,3 grados que sacudió Alaska.

Un temblor registrado mar adentro frente a la costa de Papúa Nueva Guinea en 1998 provocó un derrumbe submarino que lanzó olas de 15 metros sobre las costas cercanas, acarreando el deceso de unas tres mil personas y más de 10 mil desamparados.

En la mayoría de los casos los geólogos detectaron cierta agitación en los sismógrafos, pero no pudieron determinar con suficiente exactitud que el mar se elevaría a miles de kilómetros del epicentro. Los tsunamis son uno de los desastres naturales más raros y sorpresivos que existen y tan difíciles de prever como los terremotos que los generan, pues dependen de factores imposibles de determinar, como la topografía exacta del lecho marino.

Mucho se ha avanzado en geofísica, varios centros de alerta temprana han sido instalados en las últimas décadas, sobre todo en el Océano Pacífico, región muy vulnerable a las mortíferas marejadas, pero la información sismológica por sí sola no basta para pronosticar un evento de tal categoría, ya que según los científicos, los terremotos no son la única causa de tsunami.

Los expertos que examinan el registro geológico creen que los deslizamientos de tierra producidos por erupciones volcánicas explosivas y los impactos de asteroides pueden desplazar más agua y crear olas más altas que el sismo más violento.

¿ Qué puede suceder ?

Estudios marítimos recientes revelaron la presencia de restos de rocas en el fondo del mar, ruinas de enormes derrumbes. Uno de los más grandes ocurrió cerca de la isla hawaiana de Oahu, hace unos dos millones de años, cuando cuatro mil kilómetros cúbicos de tierra cayeron en el fondo del océano, produciendo un tsunami mucho más grande de los hasta ahora conocidos.

Algo similar podría pasar nuevamente, no se sabe cuando, si la isla volcánica de la Palma, en las Canarias, se fractura por la grieta abierta después de su erupción en 1949 y deja caer un trozo de roca de 400 kilómetros cúbicos hacia el fondo oceánico.Olas de 100 metros de altura chocarían contra el continente africano y otras de 25 metros invadirían la costa atlántica de Estados Unidos.

Otra catástrofe se espera para marzo del 2880, cuando el asteroide conocido como 1950 DA, una gran roca de algo más de un kilómetro de diámetro, se lance sobre el océano Atlántico, propagando olas de hasta 120 metros de altura.
Por Argenpress