Somos Amigos de la Tierra - NOTICIAS

21 de febrero de 2007

En Argentina los Mapuches luchan por su tierra y en México, los científicos miran hacia el universo

LA TIERRA PROMETIDA

Argentina: Mapuches vs Benetton

A las cinco y media de la mañana del 14 de febrero, el pueblo mapuche recuperó Santa Rosa, un territorio del que fueron desalojados por la corporación Benetton. En 2004, el grupo italiano que posee 900 mil hectáreas en la Patagonia había anunciado públicamente la donación de 2.500, que fueron rechazadas por el Estado provincial por tratarse de tierras que no eran aptas ni para vivir ni para producir. En el pimer día, ya recibieron la solidaridad de los pobladores de la región y la visita de la policía.

En silencio pero con decisión, treinta mapuches partieron a las cinco y media de la mañana de Esquel. Algunos se subieron a desvencijadas camionetas, otros intentaron con distinta suerte viajar a dedo. Debían recorrer los 90 kilómetros que los separaban de Santa Rosa, un territorio que los pueblos originarios reivindican como propio y que hasta hoy formaba parte de las 900.000 hectáreas que el magnate Luciano Benetton compró en la Patagonia argentina.

Poco antes del amanecer, los mapuches ingresaron a ese terreno que parecía abandonado. Se pararon erguidos y perdieron la mirada en el saliente. Mientras comenzaba a asomar tibiamente el sol, realizaron la guillatún, una ceremonia ritual con cánticos y oraciones mediante la cual los mapuches se conectan espiritualmente con la naturaleza.

Después de la liturgia pasaron a la acción. Encendieron un fogón y redactaron un acta por la que quedaron constituidos como Comunidad Mapuche de Santa Rosa de Leleque. Una delegación viajó 70 kilómetros hasta El Bolsón para certificar las firmas ante un oficial público y darle legalidad al documento. Los que se quedaron comenzaron a armar las carpas donde niños, ancianos, jóvenes y adultos vivirán hasta tanto puedan levantar sus casas. También desplegaron herramientas con las que trabajarán la tierra.

Lentamente la noticia fue desparramándose en las localidades vecinas. Se convirtió en el principal tema de las radios de Epuyén y La Olla, por ejemplo. Así fueron acercándose numerosas personas a ofrecer su apoyo solidario. Y también llegó la policía para labrar un acta que, si la historia se repite, terminará en una denuncia de usurpación como cuando el matrimonio de Atilio Curiñanco y Rosa Rúa Nahuelquir intentó recuperar este predio el lluvioso 23 de agosto de 2002.

Curiñaco había pasado allí su infancia y, para escapar al desempleo que lo acosaba, quería volver a cultivar frutillas. La historia terminó mal, con un juicio penal y otro civil sobre sus espaldas. Mientras en el primero quedó absuelto por falta de pruebas, en el segundo el juez falló concediendo las tierras a la corporación Benetton, basándose en títulos de propiedad cuya autenticidad cuestionaron los abogados de los mapuches.

A diferencia de aquella oportunidad, esta vez no es una aventura de una familia. Todo el pueblo mapuche se comprometió con la recuperación de estas tierras, aprobando la acción en una asamblea de la comunidad.

La familia Curiñanco integró la delegación que este miércoles volvió a Santa Rosa. Atilio manifestó que el predio, de 385 hectáreas, estaba tal cual lo había dejado en octubre de 2002, cuando fue desalojado por la policía, que decomisó sus animales y herramientas y destruyó su casa de chapas.

Después de aquel suceso, los Curiñanco acamparon frente a la estancia de la Compañía de Tierras Sud Argentino (CTSA), propiedad de Edizione Holding, firma vinculada a la corporación Benetton. Cortaron la ruta y así, lentamente, la noticia de que los mapuches repudiaban a Benetton –el excéntrico empresario que hizo de la integración cultural su principal campaña de marketing- llego a colarse, por pintoresca, en algunos medios de comunicación.

En noviembre de 2004, La Fundación Raíces organizó un viaje a Roma de representantes del pueblo mapuche -los Curiñanco y Mauro Millán, de la Organización Mapuche Tehuelche 11 de octubre- para que se encuentren con el magnate, donde el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y el periodista italiano Gianni Miná oficiaran de mediadores. También participaron del encuentro en el Campidoglio romano miembros de la Fundación Gorbachev y el entonces embajador argentino en Italia, Victorio Taccetti.

El encuentro fue tenso y trilingüe. Se habló en mapuche, italiano y castellano. Los mapuches exigieron la restitución de las tierras y cuestionaron seriamente el museo montado por Benetton, a escasos 10 minutos del lugar donde este miércoles regresó la comunidad de Santa Rosa de Leleque. En la proclama que redactaron los mapuches para hacer pública la acción por la que volvieron a sus tierras lo dejaron otra vez en claro: ´´Santa Rosa ha presenciado décadas de despojo, de violencia, de intolerancia, de usurpación, de desapariciones y de muerte. Los Futakecheyem (Antiguos) hombres y mujeres que pisaron libremente esta tierra hoy yacen en vitrinas de museos, sus instrumentos sagrados son piezas de exhibición, acallados por la fuerza hoy son trofeos de una cultura que destruye lo diferente: las ideas diferentes, filosofías, espiritualidades, ideologías, pueblos diferentes. Sin embargo, las pisadas de estos antiguos son huellas inspiradoras. Somos consecuencia de esas huellas´´.

Aquella reunión de Roma terminó con el anuncio público de Benetton de donar “2.500 hectáreas aptas para la producción” al gobierno argentino para que, si lo deseaba, se las restituyera a los mapuches. Pero la donación nunca se hizo efectiva: la rechazó el Estado porque los terrenos ofrecidos por Benetton no eran productivos.

Desde entonces, los mapuches comenzaron a soñar con un amanecer como el de hoy.


ASTROBIOLOGÍA: Una ventana al Universo
México

¿ No es maravilloso todo lo que puedes conocer del mundo en que vivimos simplemente observando a través de una ventana? Puedes apreciar formas, colores, movimientos, personas, el clima, saber lo que ocurre en tu calle, en tu colonia o en tu ciudad. Resulta que de manera similar al uso que nosotros le damos a las ventanas para enterarnos de lo que sucede fuera de casa, la ciencia ha identificado una ventana para profundizar en su conocimiento del Universo, esta ventana es la astrobiología.

La astrobiología se define como el área del conocimiento que estudia el origen, la distribución y el futuro de la vida en el Universo. En muchas ocasiones se utiliza también a la palabra exobiología como un sinónimo de astrobiología. La primera ocasión en que apareció en forma escrita el vocablo exobiología fue en el año de 1953 cuando Hubertus Sughold analizaba las posibilidades de la existencia de vida en el planeta Marte en su libro El planeta rojo: un estudio fisiológico sobre la posibilidad de vida en Marte.

Durante la década de los años sesenta, los conceptos encerrados en la nueva ciencia de la exobiología se modifican ya que no solo se trataba de estudiar a la vida fuera de la Tierra sino también dentro de ella misma por lo que la ciencia encargada de esta labor debía tener una connotación más general y surge entonces el término astrobiología. Los primeros años de la astrobiología fueron muy fructíferos, sobre todo en los estudios relacionados con la recreación o simulación de ambientes primitivos terrestres en el laboratorio y con la síntesis de compuestos orgánicos esenciales para la vida.

El ejemplo clásico de este tipo de experimentos es el realizado por Stanley L. Miller acerca de la síntesis de aminoácidos en condiciones prebióticas, es decir, en condiciones similares a las que se creé que prevalecieron en la Tierra antes del surgimiento de la vida.

Para 1997, la NASA decide formalizar los estudios en astrobiología concentrándolos en un Instituto. Esto facilitaría el intercambio de ideas, propuestas y resultados, apoyaría la gestión de recursos económicos para apoyar esas investigaciones y sobre todo permitiría evaluar el funcionamiento de un Instituto de Investigación virtual enlazado a través de las nuevas tecnologías en comunicaciones permitiéndole a los científicos desarrollar su trabajo sin tener que preocuparse por las barreras geográficas o de tiempo. El 19 de mayo de 1998 surge el Instituto de Astrobiología de la NASA identificado como NAI por sus siglas en Ingles y desde entonces ha permanecido como el organismo encargado de promover, conducir y encabezar la investigación en astrobiología y la formación de jóvenes investigadores en esta área mediante programas de investigación básica, generación de nuevas misiones espaciales y desarrollo de tecnología avanzada enfocada hacia la exploración espacial.

En el año 2005 la Agencia Espacial Europea, mejor conocida como ESA por sus siglas en Inglés, inició un programa de exploración espacial denominado Visión Cósmica encaminado a lograr una mejor comprensión del Universo, de las leyes físicas y químicas que lo rigen y de los misterios que lo envuelven. El programa se apoya en las misiones espaciales que esta Agencia dirige así como en la planeación y puesta en marcha de muchas misiones más. Podría decirse que es el equivalente del programa NAI y debe de entenderse como parte de los esfuerzos que la humanidad ha decidido invertir en el ámbito de la exploración del Universo.

¿De qué se ocupa la astrobiología?

El principal objeto de estudio de esta área multidisciplinaria es la vida y paradójicamente, aún cuando nos sabemos organismos vivos que interactuamos en un ambiente repleto de seres animados, tenemos dificultades para presentar una definición de vida que sea válida y aceptada por todas las disciplinas que de alguna manera se ocupan de este maravilloso fenómeno. Algunos de los tópicos que pueden encuadrarse en la astrobiología y que le permiten abordar el estudio de la vida en el Universo son el origen y evolución de los diferentes objetos de nuestro Sistema Solar, el descubrimiento de sistemas planetarios extrasolares, las novedosas formas de vida en ambientes extremos, la búsqueda de inteligencia extraterrestre, el cambio de una visión geocéntrica hacia una visión más universal, los avances tecnológicos que permiten generar propuestas para la colonización de otros planetas diferentes a la Tierra, entre otros.

¿Quiénes participan en la astrobiología?

Aunque actualmente se reconoce a los especialistas en esta área como astrobiólogos, las fronteras de la astrobiología son muy amplias y dan cabida a un gran número de especialistas en diferentes y muy diversas ramas del conocimiento desde los paleontólogos, biólogos, químicos, arqueólogos, físicos y astrónomos; hasta los climatólogos, oceanógrafos, lingüistas, psicólogos, ingenieros; pasando por los terapeutas, médicos, ecologistas, políticos, filósofos y personas comunes y corrientes que de muchas maneras pueden interactuar en el desarrollo y quehacer diario de la astrobiología. Las especialidades mencionadas son solo ilustrativas y pretenden generar curiosidad acerca del rol de cada una de ellas en esta área multidisciplinaria.

La astrobiológica en México

En México, la astrobiología es una actividad intelectual novedosa que se encuentra en una etapa temprana de definición y desarrollo. Esta condición no ha sido una limitante para identificar, de manera muy precisa y en poco tiempo, las labores científicas en las que debe iniciarse investigación, formularse programas de adiestramiento para la formación de recursos humanos y establecer líneas de colaboración nacional e internacional. Se han realizado esfuerzos dirigidos a consolidar una comunidad de astrobiólogos mexicana, prueba de ello, es la creación de la Sociedad Mexicana de Astrobiología (SOMA) constituida en el año 2001 y que a la fecha agrupa a Investigadores de Universidades y Centros de Investigación de la mayor parte del territorio nacional. Auspiciadas por esta Sociedad se han realizado tres reuniones nacionales de Astrobiología, dos en la Ciudad de México y una en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.

Como parte de las líneas de investigación que se cultivan en el Centro de Investigaciones Químicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, existe un laboratorio habilitado para el desarrollo de investigación en torno a las atmósferas planetarias, una de las áreas de interés de la astrobiología. En este laboratorio se desarrollan proyectos relacionados con la transformación química de las atmósferas de diferentes objetos del Sistema Solar, al mismo tiempo que se desarrollan estudios encaminados a comprender mejor a la atmósfera de nuestro planeta ya que como dice el refrán, el buen juez por su casa comienza y si aspiramos a comprender el Universo es conveniente también comprender y cuidar nuestro entorno, nuestra casa y nuestro planeta.

La Dra. Sandra I. Ramírez Jiménez, realizó sus estudios de Doctorado en Ciencias Químicas en la Universidad Nacional Autónoma de México y de Doctorado en Ciencias Atmosféricas en la Universidad de Paris XII, Val de Marne. Desde el 2002 es Profesora-Investigadora en el Centro de Investigaciones Químicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Recibió el Premio Weizmann a la mejor Tesis Doctoral en Ciencias Exactas por la Academia Mexicana de Ciencias en el 2002 y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel 1, desde 2001. Ha publicado 10 artículos y 4 capítulos de libros sobre la química de la atmósfera de Titán. Ha impartido diversas conferencias y publicado algunos trabajos de divulgación en Astrobiología.

Fuente: Argenpress