Somos Amigos de la Tierra - NOTICIAS

18 de junio de 2007

En tiempos de desertificación y la sequía

17 de junio: Día mundial de la lucha contra la desertificación y la sequía

La desertificación y la sequía son una amenaza global cada vez mayor. Actividades humanas como el cultivo y el pastoreo intensivos, la deforestación y mala utilización del regadío, junto con el cambio climático, están convirtiendo los suelos fértiles en tierras improductivas y estériles. En todo el mundo se reduce la superficie cultivable por persona, lo que amenaza la seguridad alimentaria, especialmente en las áreas rurales pobres, y desencadena crisis humanitarias y económicas.

Esto afecta a todo el mundo. La sequía del año pasado en Australia fue la peor en más de un siglo y se perdieron millones de toneladas de tierra productiva debido a las tormentas de polvo, paralizando la producción de cultivos y las exportaciones. Cada año en la India 2.5 millones de hectáreas se convierten en eriales tras las temporadas de sequía y la deforestación, mientras que en otros lugares de Asia las tormentas de arena se convierten en una creciente amenaza para la economía y el medio ambiente. Cerca del 70 por ciento de la tierra en México es vulnerable a la desertificación, lo que provoca que entre 700,000 a 900,000 mexicanos dejen sus hogares cada año en busca de una vida mejor como trabajadores migrantes en Estados Unidos. Sin embargo, no existe lugar donde el problema de la desertificación sea tan severo como en África Sub-Sahariana, donde se espera que el número de refugiados por causas medioambientales se eleve a 25 millones en los siguientes 20 años.

El tema del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía de este año es "métodos para el manejo sostenible de los recursos hídricos", cuyo énfasis es el problema de la escasez y la necesidad de un mejor manejo y conservación del agua. Desde la adopción de la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación, hace nueve años, se han iniciado numerosos proyectos, a pesar de los recursos limitados, para abordar estas y otras preocupaciones. En la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible, el año pasado en Johannesburgo, la comunidad internacional reafirmó su compromiso con la Convención y reconoció la necesidad de darle un nuevo impulso mediante un mayor apoyo financiero.

Debido a que los pobres muchas veces trabajan la tierra degradada, que puede satisfacer cada vez menos sus necesidades, la desertificación es tanto una causa como una consecuencia de la pobreza. Luchar contra la desertificación debe ser una parte integral de nuestros más amplios esfuerzos por erradicar la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo. Comprometámonos nuevamente hoy con los objetivos de la Convención para lograr un desarrollo sostenible para todos, incluyendo las zonas rurales de las tierras áridas donde vive la gente más pobre del mundo.

Kofi Annan (2003)